Miguel Arróniz
Nuevo Claridad/Rebelión
Hace 500 años cientos de barcos comenzaron a surcar el océano que separa América de Europa con sus bodegas repletas de materias primas. Muchas de ellas tenían como destino los puertos españoles, otras eran ‘interceptadas’ en alta mar por los piratas de la época que servían a otros intereses, otras se quedaban en el fondo del Atlántico como consecuencia de la codicia sin límites de los contendientes. Pero de todos es sabido que su concentración en pocas manos dio origen a un sistema económico que se extiende hasta nuestros días y que hemos dado en llamar capitalismo.
Hace 250 años las clases trabajadoras de los hoy países occidentales comenzaron a darse cuenta de la inhumanidad del sistema capitalista que les exprimía en trabajos esclavos. Los dueños de las grandes empresas entendieron que era necesario contener de alguna manera ese incipiente movimiento con condiciones menos infames de trabajo y dejando caer alguna migaja del pastel. Y de nuevo los barcos volvieron a surcar el Atlántico de norte a sur en busca de mano de obra esclava.
El capitalismo financiero del siglo XXI sigue evolucionando en sus formas pero conservando sus originarios y rapaces objetivos. Las grandes corporaciones están descapitalizando los países latinoamericanos y sus destinos se encuentran en ambas orillas del Atlántico norte. Ya no hace falta fletar barcos para reclutar esclavos, son ellos los que se juegan la vida y sus ahorros ante el reclamo del paraíso terrenal que prometen los medios de comunicación. Y, si es necesario, se exportan plantas de producción a esos países donde los costes laborales y los reclamos son menores. Hasta las migajas del pastel les parece mucho a estos bucaneros que han cambiado el parche en el ojo por el traje, el puente de mando por el sillón del consejo de administración y el látigo por los Expedientes de Regulación de Empleo.
Un ejemplo nítido es la operadora de telecomunicaciones más rentable del mundo en 2006: Telefónica. Esta multinacional española consiguió el pasado año 6.233 millones de euros de beneficios, un 40% más que el año anterior. Su división latinoamericana fue especialmente productiva. En el negocio de Telefonía Fija, el Grupo Telefónica Latinoamericana alcanzó unos ingresos de 9.537 millones de euros y 4.209 millones de euros como resultado operativo antes de amortizaciones (OIBDA). El Grupo Telefónica Móviles conseguía en la región latinoamericana un importe neto de la cifra de negocios de 9.240 millones de euros con un margen OIBDA de 2.429 millones. El volumen de negocio del Grupo Atento ascendía a 730 millones de euros alcanzando un margen OIBDA de 113 millones… es decir, más de 7.000 millones de euros de beneficios antes de las correspondientes amortizaciones. El reparto del botín ya estaba estipulado, quién sabe en qué desconocida isla del paraíso: el BBVA (6,96%), la Caixa (5,37%), Chase Manhatan (10%), Citibank (4,43%) y 1.700.000 pequeños accionistas.
¿Exportando bienestar?
El gran desembarco en las ‘Indias’ es fruto de la nueva política expansionista del grupo presidido por César Alierta que, desde el año 2000, dirige el timón de la multinacional. Pero lejos de llevar el progreso y el bienestar al Nuevo Mundo, los vicios se repiten y al expolio de materias primas y recursos humanos se une el expolio financiero que sigue llenando las arcas de las grandes corporaciones. Solo así se puede entender la considerable reducción de la plantilla de trabajadores que se preveía reducir entre 2000 y 2006 en toda Iberoamérica, de 25.000 empleados a 19.300 con el pretexto de la fuerte crisis sufrida en los años anteriores; o las prácticas monopolísticas y de apoyo a regímenes totalitarios que favorecieron la adquisición de empresas estatales; o los procesos judiciales contra países cuando la cuenta de resultados no había sido todo lo favorable que se preveía; o el descontento de los usuarios que asisten a continuas subidas de tarifas avaladas por los propios gobiernos. Todo ello en el marco del sentimiento antiespañol que se está generando contra las grandes corporaciones y que, por ejemplo, motivó una gran concentración en agosto de 2002 frente a la embajada española en Lima y que fue reprimida con gran dureza por la policía.
Abusos en Perú
El descontento peruano no es de extrañar. Durante 2006, el importe neto de la cifra de negocios de Telefónica del Perú ascendió a 1.097 millones de euros. El margen OIBDA alcanzó los 467 millones de euros. Telefónica Móviles tuvo unos ingresos de 447 millones de euros y un margen OIBDA de 129 millones. A los trabajadores no les fue tan bien y la empresa fue denunciada por el trato a los más jóvenes de la plantilla que, tras diez años con un contrato de formación y considerados “el futuro de la Telefónica del Perú”, acabaron o despedidos o a las órdenes de filiales con la constante amenaza de la no renovación de los contratos, con condiciones precarias y con un futuro incierto.
Ya en 2002 la empresa despedía a 500 trabajadores violando el convenio colectivo firmado hacía pocos meses y el propio Congreso peruano le instaba a una solución. Varios partidos políticos le amenazaron con una denuncia por violación de la legislación laboral peruana. Finalmente, el gobierno impuso a la multinacional la multa más alta por incumplimiento de un convenio colectivo. No acabó ahí la sanción ya que el regulador de la telefonía le impuso una multa de un millón de dólares por prácticas contra la competencia y la Fiscalía se querelló contra el gerente de Telefónica de Perú por su implicación en el caso del espionaje telefónico promovido por Montesinos en la era Fujimori.
Los abusos tarifarios son también una práctica habitual. El gobierno tuvo que amenazar a la empresa en 2002 con su inhabilitación para cobrar el abono telefónico si no lo reducía en un 30%. En estos momentos se aplica una sola factura para tres servicios (cable, telefonía e internet) ahorrándose los costes de papel, bajo el pretexto de su respeto por el medio ambiente, para una población que apenas puede pagar uno de ellos. Pero lo más escandaloso fue su actuación durante el seísmo de este verano cuando se cortaron todas las comunicaciones a través de telefonía fija y móvil. Lo curioso es que no se cortó la comunicación a través de internet, que utiliza la misma línea, y decenas de correos protestaban furiosamente porque no había forma de hablar con Perú, dejando incomunicada a la población con menos recursos. Algo que pone en duda su rol de compañía comprometida con los más pobres y las prometidas inversiones en tecnología, y confirma la utilización de sistemas obsoletos procedentes, en su mayor parte, de España.
Y en Argentina
Argentina sigue siendo un magnífico puerto donde fondear como así lo confirman los 989 millones de euros que Telefónica de Argentina ingresó durante 2006 y los 473 millones de euros como resultado antes de amortizaciones o los 1250 millones facturados por Telefónica Móviles y los 339 millones OIBDA.
Pero esta magnífica cuenta de resultados no repercute sobre sus empleados y, así, en 2002 puso en marcha un plan para despedir de la empresa a 1000 profesionales y técnicos especializados con el pretexto de la “grave crisis” por la que atravesaba la empresa. Más recientemente se ha librado en Atento una huelga de varias semanas por mejores salarios y condiciones dignas de trabajo; huelga que se agudizó durante el verano porque Telecom (la empresa de la competencia) había aceptado las condiciones de los trabajadores y Telefónica se negaba a hacerlo. Los empleados de Atento también han sufrido esta política de reducción de costes y la ofensiva empresarial la padecieron con la reducción de plantilla de 250 a 100 trabajadores durante la campaña para Telefónica Móviles de España. Incluso las páginas web creadas por los propios trabajadores para su comunicación interna fueron bloqueadas.
Estos beneficios también se extraen a cuenta de los usuarios. Según el estudio “Marcos regulatorios tarifarios y evolución de los precios relativos durante la Convertibilidad” realizado en 1998, las tarifas se incrementaron un 52% entre la privatización de ENTEL en noviembre de 1990 y el lanzamiento de la Convertibilidad en abril de 1991; pero durante la etapa anterior el aumento había alcanzado un 800%. Se trataba, para simplificar, de un incremento tarifario previo a la transferencia de la compañía que hubiese supuesto que la empresa estatal, de mantener el servicio telefónico en sus manos, hubiera sido de las más rentables del mundo. A pesar de que la ley de Convertibilidad prohibió el ajuste periódico de precios, Telefónica de Argentina recurrió a una artimaña legal por la cual el valor del ‘paso’ quedó expresado en dólares para ajustarse semestralmente según la evolución del IPC en Estados Unidos. Este abuso empresarial y la total despreocupación estatal por proteger los derechos de los usuarios se evidenció en 1997 con el rebalanceo tarifario que redujo las tarifas de larga distancia encareciendo las urbanas. Esta práctica fue objeto de controversia ya que se acusó a la empresa de pagar 6 millones de dólares en sobornos como pago de informes falsos a jueces y políticos para conseguir el mencionado rebalanceo de tarifas.
Telefónica llegó incluso a demandar al estado argentino en 2003 ante un tribunal dependiente del Banco Mundial con el objetivo de lograr una indemnización por las pérdidas durante la crisis de 2002, concretamente por la decisión de convertir a pesos las tarifas telefónicas y por el incumplimiento en la prevista revisión de precios. La demanda ascendía a 2.800 millones de dólares. Y, posteriormente, otra demanda de 274 millones de dólares contra el Fisco con la necesidad de subir las tarifas como telón de fondo. Para conseguir el aumento no dudó en amenazar con suspender los planes de inversión o los despidos masivos.
El ejemplo chileno
Telefónica Chile aportó a la multinacional unos ingresos de 1.006 millones de euros y un OIBDA acumulado de 417 millones de euros. El grupo de Móviles contribuyó con 796 millones de euros de ingresos y un OIBDA de 294 millones. Esta diligencia para conseguir los mayores beneficios posibles no es tal a la hora de respetar los derechos laborales y así, en 2002, tuvo que hacer frente a una sanción impuesta por el Tribunal Supremo de Chile por prácticas antisindicales al negociar con algunos sindicatos por separado para que no apoyaran las movilizaciones que se estaban gestando. Movilizaciones que supusieron el despido de 300 trabajadores.
En cuanto al servicio prestado en el país andino es destacable cómo el gobierno, en 1999, promulgó un decreto tarifario que imponía una rebaja importante en las tarifas en torno al 14%. Con ello se pretendía beneficiar a los consumidores que durante mucho tiempo debieron pagar precios de monopolio, es decir, injustificadamente altos. Pues bien, año y medio después, el operador dominante, Telefónica Chile, manifestó su disconformidad con el decreto atribuyéndole la responsabilidad de la reducción de sus ingresos que amenazaban futuras inversiones. La polémica siguió viva hasta 2002 cuando Telefónica decidió recurrir a los tribunales por los nuevos marcos de tarifas.
En 2004 se revisaron las tarifas de Telefónica Chile para el período 2004-09 con considerables ventajas para la empresa y que mejoraban su posición competitiva en telefonía fija. A pesar de que el precio por minuto de llamada bajaba un 14%, el cargo fijo subía un 7% penalizando a aquellos hogares con consumos más reducidos.
Brasil y Centroamérica
Telesp es el nombre de la filial de Telefónica que opera en Brasil. En 2006 sus ingresos alcanzaron la cifra de 5.565 millones de euros con un margen OIBDA de 2.637 millones. El grupo de Móviles consiguió 2.005 millones de euros de ingresos y un margen OIBDA de 438 millones. Estas cifras no fueron impedimento para mantener unas tarifas injustificadamente altas que obligaron a intervenir al ministro de Telecomunicaciones a principios de este año para establecer nuevas normas en el sector que incluían la reducción del costo de la renta básica (pago mínimo por suscripción que ascendía a 16 dólares mensuales) y un nuevo modelo de cálculo de las tarifas. Pero habían sido los propios usuarios quienes a través de demandas ante los tribunales habían propiciado el fin del cobro de la tarifa mínima.
Los 10 millones de clientes colombianos, entre telefonía fija, móvil y datos, aportaron ingresos de 1.076 millones de euros a la multinacional desde mayo de 2006 cuando fue adquirida a Colombia Telecom. Meses después de la compra, el regulador colombiano antimonopolio multó a América Móvil con 800.000 dólares y a Telefónica con 266.000 dólares tras establecer que ambas empresas habían acordado las tarifas que cobran a otras compañías por utilizar sus redes.
Las ramificaciones de Telefónica en México se desarrollan en la telefonía móvil con 8,5 millones de clientes que aportaron unos ingresos de 988 millones de euros. Algo que no debemos dudar si observamos el estudio ‘Panorama de las comunicaciones 2007’ publicado por la OCDE y que concluye catalogando a México como uno de los cinco países con las tarifas telefónicas más caras entre los 30 países que conforman el organismo. El país se sitúa en el lugar 14 en relación con los costos de sus tarifas, por encima del promedio de los miembros de la organización.
El Salvador, Guatemala, Panamá, Nicaragua, Ecuador y Uruguay cerraron el ejercicio 2006 con más de 7 millones de clientes de telefonía móvil que aportaron unos ingresos de 923 millones de euros (un aumento del 14% respecto a 2005) y un resultado operativo antes de amortizaciones de 287 millones de euros (un 32% superior respecto a 2005). Pero la arbitrariedad a la hora de fijar las tarifas responde más que a la racionalidad al hecho de dónde se puede sacar mayor tajada. Costa Rica, por ejemplo, donde no opera Telefónica, tiene las tarifas más bajas de la región (10 centavos de dólar por minuto); en Guatemala asciende a 13 centavos de dólar y, en general, en toda Centroamérica no sobrepasan los 25 centavos. Pero en Argentina se pagan 32 centavos y en Uruguay asciende hasta 72 centavos. No es de extrañar que a principios del mes de agosto, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, advirtiera a las compañías de telefonía celular, entre las que se encuentra Movistar, que iniciaría una agresiva renegociación de los contratos de concesión que terminan en 2008 y que la multinacional pretende renovar durante 15 años más.
Mano de obra barata
Telefónica, en su objetivo de complacer a sus accionistas, no pone reparos en emprender acciones contra los usuarios de su servicio o contra sus propios trabajadores tanto en Latinoamérica como en el resto de países donde opera. Es vox populi que los teleoperadores que atienden su servicio comercial lo hacen desde países como Argentina, Perú, Colombia o Marruecos a través de su filial Atento con sueldos que no superan los 200 euros mensuales deshaciéndose de trabajadores como los 37 despedidos de Atento Madrid del pasado mes de setiembre, los 179 de A Coruña o los 93 de Valencia de principios de año; países donde la legislación laboral es menos estricta o los reclamos de los trabajadores y los costes de personal son mucho menores que, por ejemplo, en España. O que la reciente adquisición de Móviles y de Data está provocando condiciones laborales diferentes entre trabajadores de la misma categoría. Que sus grandes operaciones comerciales generan dudas como la reciente venta de la productora audiovisual Endemol o la compra de O2 para operar en Reino Unido, Alemania, Irlanda o la República Checa.
Cualquier usuario de cualquiera de los países donde tiene alguna concesión conoce la opacidad de su servicio postventa que le hace perderse en un laberinto de llamadas hasta dar con un comercial, fruto de la continua sangría de trabajadores y del poco interés en un área de negocio conflictiva. Sí que es cierto que en muchos lugares se siguen creando planes de ahorro que suponen una reducción en las facturas. Pero este hecho motiva un galimatías en los usuarios por la gran cantidad de planes, tarifas o modalidades y que consigue lo que pretende, que muy pocos aprovechen estas ventajas, así como una pregunta maliciosa: ¿qué márgenes de ganancia tiene esta empresa que es capaz de reducir sus tarifas a los usuarios y seguir generando grandes beneficios? ¿qué estaba ganando hasta ahora?
Los accionistas, sobre todo los pequeños, deben conocer estas prácticas de la multinacional que, al igual que los marineros enviados por la Corona de Castilla a surcar los mares en busca de El Dorado, exploran hoy los océanos financieros para mayor gloria de Su Majestad La Banca, bien la española, bien la que sirve a los intereses del ‘Inglés’.
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TARIFAS TELEFÓNICAS
País N° de llamadas locales* por U$S 35
Argentina 1.469
Colombia 1.005
Brasil 596
Venezuela 587
Chile 418
Uruguay 452
México 361
Perú 279
*Llamadas de 2 minutos. Fuente : Defensoría del Pueblo del Perú
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GRUPO TELEFONICA
-Telefónica de España 100%
-Telefónica Móviles 100%
-Telefónica Latinoamericana 100%
-Telefónica Contenidos 100%
-Grupo Atento 91%
-Telefónica O2 Europa 100%
TELEFÓNICA LATINOAMERICANA
-Telesp (Brasil) 88%
-Telefónica Perú 98%
-Telefónica Argentina 98%
-TLD Puerto Rico 98%
-Telefónica Chile 45%
-Telefónica Telecom (Colombia) 52%
-Terra Networks Perú 100%
-Terra Networks México 100%
-Terra Networks USA 100%
-Terra Networks Guatemala 100%
-Terra Networks Venezuela 100%
-Terra Networks Brasil 100%
-Terra Networks Argentina 100%
-Terra Networks Chile 100%
-Terra Networks Colombia 100%
-Telefónica Data Argentina 98%
-Telefónica Data USA 100%
-Telefónica Internacional Whol. 100%
TELEFÓNICA MOVILES
-Brasilcel 50%
-Telefónica Móviles Argentina 100%
-Telefónica Móviles Perú 99%
-Telefónica Móviles México 100%
-TM Chile 100%
-Telefónica Móviles El Salvador 99%
-Telefónica Móviles Guatemala 100%
-Telcel (Venezuela) 100%
-Telefónica Móviles Colombia 100%
-Otecel (Ecuador) 100%
-Telefónica Móviles Panamá 100%
-Telefónica Móviles Uruguay 100%
-Telefonía Celular Nicaragua 100%
-Telefónica Móviles Chile 100%
larreca@terra.es
1 comentario:
Pueden visitar también http://desatentomexico.blogspot.com para más información sobre cuales son las condiciones de trabajo en la filial Atento de Telefonica en nuestro país.
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